PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA – Lunes 17 de febrero de 2025
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La Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha anunciado que probará un misil balístico intercontinental (ICBM) entre las 11 p.m. PT del 18 de febrero y las 5 a.m. PT del 19 de febrero. Durante dichas pruebas, que ocurren varias veces al año, los misiles se lanzan desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg cerca de Lompoc, California, y apuntan al atolón Kwajalein en las Islas Marshall. Los activistas de la coalición Defuse Nuclear War, que incluye Tri-Valley CAREs en Livermore, CA, se reunirán en la puerta de Vandenberg para presenciar y protestar por la prueba.

Los manifestantes emitieron el siguiente comunicado:

Estos lanzamientos son un despilfarro y peligrosos. En lugar de promover la paz, normalizan aún más los misiles balísticos intercontinentales como un elemento permanente de la política mundial, en lugar de un enorme lastre político y de seguridad. Pedimos que se cancelen la próxima prueba de misiles balísticos intercontinentales y todas las pruebas programadas para el futuro.

Los misiles balísticos intercontinentales se han vendido al público como la póliza de seguro definitiva, cuando en realidad son una amenaza inmediata para la seguridad pública. En palabras del difunto Daniel Ellsberg, autor de The Doomsday Machine, estas armas aumentan “el peligro de que cualquier conflicto armado entre grandes estados nucleares pueda escalar hasta convertirse en una guerra total”.

Una vez lanzados, los misiles balísticos intercontinentales no pueden retirarse, lo que prácticamente garantiza un ataque contra el país que los lanza y ejerce una presión imposible sobre los responsables de la toma de decisiones para que verifiquen la veracidad de los informes sobre los ataques con misiles balísticos intercontinentales. Mientras existan los misiles balísticos intercontinentales, viviremos con el riesgo constante de que una información mal interpretada, un error humano o una decisión precipitada puedan acabar con la civilización tal como la conocemos en una hora.

El mantenimiento de estas armas es un enorme desperdicio de recursos. Estados Unidos se ha comprometido a gastar cientos de miles de millones de dólares para reemplazar su fuerza de misiles balísticos intercontinentales en el marco del mandato de modernización. El programa de misiles balísticos intercontinentales supera en al menos un 81% el presupuesto y lleva años de retraso, con partes del programa totalmente suspendidas. Sin embargo, el Secretario de Defensa de Estados Unidos ha certificado, mediante una “revisión exhaustiva e imparcial” que no se ha hecho pública, que el programa seguirá adelante.

El ensayo se realizará con un misil Minuteman III con un “Vehículo de Reentrada Independiente Múltiple” vacío en su cabeza, que es capaz de llevar dos ojivas nucleares destructoras de ciudades. Además, el Laboratorio Nacional Lawrence de Livermore, también en California, está trabajando arduamente en el desarrollo de la nueva ojiva W87-1, que se colocará sobre el ICBM de próxima generación, conocido como Sentinel. El Sentinel y su W87-1, que aún se encuentran en desarrollo, costarán muchos miles de millones y faltan al menos cinco años para que entren en el arsenal. Sin embargo, los misiles Sentinel también necesitarán pruebas, que se intensificarán en Vandenburg en los próximos años. Los Minuteman III continuarán siendo probados mientras también se prueban los nuevos misiles Sentinel, duplicando al menos los lanzamientos de misiles de prueba de Vandenburg, ya que pasarán más de diez años hasta que los 400 Minuteman III sean reemplazados por nuevos Sentinel.

“La cantidad de dinero de los contribuyentes que nuestro gobierno está gastando en el nuevo misil Sentinel y su nueva ojiva nuclear W87-1 es simplemente asombrosa”, dijo Scott Yundt, Director Ejecutivo de Tri-Valley CAREs, un grupo de vigilancia de complejos de armas nucleares con sede en Livermore, California. “El hecho de que California sea tanto la sede del laboratorio que está desarrollando la ojiva para el programa como el sitio de lanzamiento de pruebas de misiles en Vandenburg, le da a los californianos una voz especialmente significativa cuando se trata de oponerse a estas actividades. Nosotros en Tri-Valley CAREs apoyamos a los manifestantes contra los lanzamientos de prueba e instamos a los miembros del público a que se pronuncien en contra del desarrollo del ICBM Sentinel, que provoca la proliferación, y de los lanzamientos de prueba desde nuestra costa a las ya traumatizadas Islas Marshall, donde detonamos 67 armas nucleares a gran escala en los años 50 y 60”.

Los lanzamientos de prueba dañan a las comunidades humanas y a los ecosistemas. Las Islas Marshall, que ya se han visto obligadas a soportar los enormes costos ambientales de las pruebas nucleares de Estados Unidos, siguen utilizándose como blanco de pruebas. Y, cuando las tensiones entre los Estados poseedores de armas nucleares son altas, cada lanzamiento de prueba conlleva un riesgo adicional de mala interpretación. El ejército estadounidense lo ha reconocido al detener estos lanzamientos en los puntos de mayor tensión durante la guerra en Ucrania. Sin embargo, el riesgo de una escalada nuclear sigue siendo demasiado alto como para introducir en el conjunto la posibilidad de una mala interpretación de una prueba.

El presidente Trump ha manifestado su interés en lograr un control de armamentos con China y Rusia. Detener las pruebas diseñadas explícitamente para demostrar la capacidad de Estados Unidos de atacar a esos países con armas nucleares y poner fin a un programa de armas problemático que, según los expertos, desestabiliza esas relaciones, serían medidas reales y prácticas para facilitar ese objetivo.

Los organizadores MacGregor Eddy y Leah Yantanon están disponibles para entrevistas y comentarios. Se puede contactar con ellos en [email protected]. Scott Yundt también está disponible en [email protected]

Comunicado de prensa original [PDF]

 

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